Arthur Kipps es un joven abogado cuya empresa lo envía a un lugar remoto
para vender la casa de un cliente que acaba de fallecer. La gestión,
aparentemente rutinaria, tropieza con ciertas dificultades: los vecinos
se muestran reacios a hablar sobre la casa o a acercarse a ella; además,
nadie está dispuesto a admitir la existencia de una mujer de negro que
él está seguro de haber visto.