Tras una carrera ayudando a los devotos a través de plegarias, el reverendo Cotton Marcus invita a un equipo de rodaje a que le sigan para documentar sus últimos días como exorcista.
Pero su fe pronto se ve puesta a prueba, cuando el padre de una chica, presa de posesión demoníaca, (Ashely Bell) hace que se enfrente cara a cara con el mismísimo diablo.